SICILIA
Uno de nuestros viajes más agradables e inolvidables fue Sicilia, la
hermosa isla italiana. Fuimos invitados por la directora de turismo que tuvo la
gentileza de poner a nuestra disposición automóvil y chofer que fue también un
simpático guía.
Comenzamos por la agitada y ruidosa ciudad de Palermo, capital de Sicilia,
con mucho movimiento y desordenado tránsito pero tuvimos el placer de ver el
multitudinario encuentro de las golondrinas antes de iniciar su largo vuelo
anual. Eran tantas que ensombrecían el claro cielo de Palermo.
Desde que salimos de Palermo empezamos a descubrir las incomparables bellezas
y la gran riqueza cultural de la isla. Sicilia es Italia pura. No es la
perfección artística del paisaje de la Toscana ni la sofisticada Costa Amalfitana, es
Sicilia y hay que amarla así. Creo que aprovechamos muy bien los doce días que
recorrimos la isla..
Sicilia es un verdadero museo al aire libre con decenas de ruinas y
diferentes vestigios de las varias culturas que la habitaron. Visitamos Monreale,
con su sublime catedral y sus imponentes mosaicos. Nos demoramos en la
glamorosa Taormina, mi preferida, haciendo noche en el San Doménico Palace que
era un convento franciscano y ahora es un gran hotel, sin haber perdido su atmósfera
ascética y religiosa. Vale la pena visitarlo y degustar un Bellini en la
terraza que enfrenta al volcán Etna y desde donde también se aprecia una
increíble vista del mar. Nos asomamos a las
arenas bien amarillas y las aguas turquesas de Issola Bella. Fuimos a los
claustros de San Doménico donde hay una Madonna de mosaicos que corta el
aliento y nos sentamos a saborear un delicioso helado en un banco de la Piazza Vittorio
Emanuele donde escuchábamos conversaciones en el dialecto local del que no
entendía casi nada, a pesar de que hablo italiano.
En un auto car todo terreno, subimos al Monte Etna hasta la cota 2.500,
donde un guía nos dio explicaciones sobre el volcán cuya última erupción fue en
el 2001.Sufrimos el efecto espejismo del calor en el aire porque algunas de las
coladas del volcán aún están a 80 grados centígrados de temperatura.
En Siracusa teníamos previsto visitar su famoso Instituto del papiro, pero llegamos
en un día feriado y estaba cerrado. Pero no nos dimos por vencidos: tocamos un
llamador y apareció un señor que al saber que veníamos de la Argentina gentilmente
nos invitó a entrar. Ya nos había pasado en otras conversaciones con
sicilianos; casi todos decían tener un pariente pescador en Mar del Plata.
La historia del papiro es muy interesante Los egipcios fueron sus
inventores y primeros fabricantes cientos de años A.C. y gracias a su alta
calidad aún hoy se pueden admirar papiros egipcios que se han conservado por
más de dos mil años.
La planta del papiro es alta, fina y elegante con un penacho muy delicado en
su copa; necesita abundante agua y nosotros tenemos una, pequeña, en el balcón
del departamento de invierno, Punta del Este.
Seguimos a Agrigento. El Valle de los Templos en Agrigento es la más rica demostración
de la presencia griega en la isla.
Valle de los Templos., Agrigento
Estuvimos en Trapani y sus inmensas salinas; en Caltagirone, conocida
mundialmente por su producción de cerámicas y por la escenográfica escalinata
que une la ciudad baja con la ciudad alta. Cada escalón está decorado con
diferentes escenas realizadas en mayólica.
La escalera de Caltagirone.
Atravesábamos hermosas campiñas sembradas y entrábamos en ciudades. Asi
pasaron Caltanissetta, Corleone y Selinunta, una de las mayores ciudades
helenísticas que, en tiempos remotos, desde sus costas controlaba el tráfico
marítimo de la zona.
Inolvidable viaje!
Todos los años nos íbamos con Norma dos o tres meses a Chicago, a casa de
María y Bill que nos recibían con mucho cariño y generosidad. Nos encantaba la
ciudad de Chicago por su elegancia y pulcritud, por su arquitectura y por la
afabilidad de su gente amistosa. Llegábamos en pleno verano y desde el
aeropuerto ya nos alegraban los jardines y las flores que se continuaban en la
ciudad con frondosos canteros coloridos en las avenidas, y veredas y en muchas
ventanas.
María tenía un gran éxito profesional como “lansdape architect” en Chicago.
Cada vez más jardines, más parques, más “roof gardens”. Sus clientes se
convertían en amigos que la adoraban. Ella sabía cómo invertir el dinero para
convertirlo en belleza.
Tommy estaba en la
Parker School y además estudiaba piano y cerámica. No perdía
el tiempo.
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