VIENA
Austria y Cotal organizaron el primer congreso de COTAL en Europa. Fué en
Viena, Austria. Se llamó Eurocotal y tuvo tremendo éxito. En gran parte por el
excelente trabajo profesional de Oskar Dignoes y Sissy Zaumbauer.
La fiesta de inauguración se realizó en el Palacio de Schonbrunn, una
réplica del castillo de Versalles. Ni Norma ni yo habíamos visto nunca, salones
tan suntuosos, señoritas hermosas que recibían a los invitados al pié de las
grandes escaleras, ataviadas con blancos trajes de época, amplias polleras y
largas pelucas blancas. Revivíamos la época de Johan Strauss. Ni hablar de la
fina gastronomía y otros detalles. Todo fue del más alto nivel. Eurocotal puso
a Austria en el primer plano ante cientos de agentes de viaje de América
Latina.
Viena fue un gran descubrimiento. Hasta entonces Viena y toda Austria
habían estado fuera de los circuitos tradicionales del turismo que se ofrecían
en Latinoamérica. Nos encontramos con una ciudad hermosa que guardaba
celosamente lo mejores recuerdos de la época gloriosa del emperador Francisco
José y la emperatriz María Teresa.
A orillas del Danubio, Viena, es una de las capitales más antiguas de
Europa, con un admirable patrimonio artístico y cultural. Fue también capital
del imperio Austro-Húngaro, a principios del siglo XX. Vivió la época romántica
de los valses y los fastuosos bailes en los salones de la Opera Nacional.
Fue la ciudad de Sigmund Freud y sus teorías del psicoanálisis. Caminé, muchas
veces, su histórica Ringstrasse y me detuve en los innumerables cafés
tradicionales, que hoy son motivo de un tour especial para visitarlos. Desde
1945 hasta 1955, Viena estuvo ocupada por los rusos, británicos, americanos y
franceses, con un régimen parecido al de Berlín, sin embargo, nada perdió de su
belleza, arte y tradición. También conocimos Salzburgo, Graz e Innsbruck.
A mí me gustaba más ser un viajero que un turista. En mis charlas siempre
tocaba ese tema. Sugería que por lo menos se aconsejara a los pasajeros ser
turistas pero con espíritu viajero. Tener la posibilidad de cambiar o agregar
destinos sobre la marcha. A los agentes de viaje más ortodoxos no les gustaba
la idea, sin duda que les complicaba el trabajo. Instaba a tener ideas
innovadoras que beneficiaran e comunidades a través del creciente turismo, al
mismo tiempo que podían contribuir a la preservación y mejoramiento de los
lugares. Ya se insinuaba la idea del turismo campesino.
En Monsee, cerca de Salzburgo, donde se filmó “The
Sound of Music”
También iniciamos muy buenas relaciones con los máximos directivos de
Austrian Airlines y empresarios hoteleros y agentes También iniciamos muy
buenas relaciones con los máximos directivos de Austrian Airlines y empresarios
hoteleros y agentes de viajes mayoristas.
Ese pequeño hermoso país de Europa central se convirtió en uno de los más
fieles y consecuentes clientes de Revista COTAL.
Tomando un vino caliente con
Sissy
Fui invitado a las ATB, bolsas de turismo que realizaba Austria anualmente.
La mayoría de las veces tenían lugar en Viena, pero también concurrí a Graz, la
segunda más grande ciudad de Austria y una de las mejores preservadas de
Europa. Como sabían de mi afición al esquí, casi siempre, al final de la
reunión turística, era invitado a esquiar a diferentes resorts. Así tuve el
placer y el privilegio de deslizarme por las nieves de Kisbühel y en el hotel
nadé por primera vez en una piscina cubierta pero de la que se podía pasar
nadando al exterior, a la piscina abierta en medio de la nieve. Fui a Lech
-Zürs, en la extensa región de Alberg y pasé una semana en el hotel Gasthof Post
Lech, cinco estrellas, famoso por su cocina. Conocí los adelantos en materia de
facilidades para ese deporte recreacional y de competencia, a niveles
sofisticados a los que todavía no se había llegado en Bariloche y otros centros
invernales de Argentina. Admire los panoramas asombrosos de las cumbres de
Grindelwald y Jung Frau, llamado el techo de Europa.
Los hoteles de montaña, en Austria, mantienen la arquitectura y la
decoración tradicional pero ofrecen las facilidades más modernas y delicados tratamientos
en sus centros de bienestar o “spas “. Lamentablemente, yo no tenía el dinero
para esos lujos.
Aprendí a admirar y a querer a los austríacos, cordiales, generosos,
trabajadores y excelentes profesionales.
Se dice que “París es una fiesta”, pero, la verdad es que los congresos de
COTAL en esa época también lo eran. Eran encuentros de profesionales del
turismo, donde se renovaban amistades, se hacían nuevos amigos y se facilitaban
y agilizaban los negocios. En las noches siempre había fiestas, se cantaba, se
bailaba y se disfrutaba de la vida.
En Grinzig Austria, durante EuroCotal,
Al finalizar un congreso de la Asociación Argentina
en la ciudad de Bariloche, el director de turismo de Río Negro, el buen amigo
Julio Pérez, nos invitó a hacer el Circuito de los Siete Lagos desde Bariloche
a San Martín de los Andes. Nos puso auto y chofer y nos regaló, a Oskar y a mí,
un paseo inolvidable por paisajes de la maravillosa Patagonia argentina que hoy
atrae y deslumbra al turismo mundial.
Oskar Dignoes dispuso de dos días de su ocupada agenda para aceptar mi
invitación a La Sirena. Se
encantó con la casa, el parque, y el verdor de la isla. Todo lo observaba con
su mirada de artista. Escribió unos versos inspirados que nos emocionaron y que
llamó: “Cancionero isleño, Palabras encontradas en La Sirena , del Delta del Paraná.”.
Fueron “Siete canciones para siete flores del Clavel del Aire.” Lo llevé al
arroyo Guayracá y conoció la casa donde había nacido mamá que estaba ya
abandonada y que le inspiró un verso que escribió esa noche:
“Pasamos por el arroyo
De aguas del Paraná
Para buscar una casa
Que poco a poco se va.
Casa isleña que engendró
Amor de tiempos lejanos
que nunca se perdió.
Aquí, en estos pagos
mi padre se enamoró;
Los lirios fueron testigos
y el rio se
lo contó.
Seguimos incorporando excelentes colaboradores para representarnos: en el
exterior: Cecilia Marrapodi, en Uruguay; María Teresa Rojas, en Chile; Augusto
Cruz Carreño, en Perú; Hortencia Romero de Vallotón, Bolivia; Miguel Angel
Agüero, Costa Rica; Hugo Mateo, República Dominicana.; Luis Alonso Rendón, en el
Salvador; Carmen Ugarte Ruiz, en España; Francisco Cota, en Portugal; Françoise
de Tailly, en Francia, Emiko Momose, en Japón y María Teresa Campos en
Venezuela.
Con Julio Pérez
En 1982 me invitaron a conocer el Hotel Los Monteros en Marbella, Costa del
Sol. Fue la primera vez que moraba en un establecimiento de tan alto nivel.
Había que vestirse para todos los horarios y ocasiones. Una tarde estaba tomando
algo en el bar cuando un mozo muy atentamente me informó que no se podía estar
de bermudas. Eran las seis de la tarde, si mal no recuerdo. Allí vi también,
por primera vez, en la piscina, mujeres en topless.
En determinado momento los costos de la producción editorial en Buenos
Aires, se habían puesto prohibitivos y comenzamos a analizar la posibilidad de
editar y distribuir la revista desde otro país. Con Juan Pallí, concluimos en
que Miami, en USA era el más conveniente. Le ofrecí a Juani, hijo menor de Juan
irse por un tiempo a Miami a hacerse cargo de la operación de impresión y
distribución. Se entusiasmó con la idea pero cuando consultó con su esposa
María, una joven bonita, hija de Serafín Guillani, a quien yo había conocido
cuando él era director de radiodifusión, durante el gobierno de Frondizi, ella
le dijo que no quería separarse de su mamá y sus hermanas. Creo que fue una
gran frustración para Juani. María
había sido secretaria de Juan Pallí padre y yo nunca había simpatizado con
ella.
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