Mi refugio

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Alborada

miércoles, 3 de abril de 2013


VIENA


Austria y Cotal organizaron el primer congreso de COTAL en Europa. Fué en Viena, Austria. Se llamó Eurocotal y tuvo tremendo éxito. En gran parte por el excelente trabajo profesional de Oskar Dignoes y Sissy Zaumbauer.

La fiesta de inauguración se realizó en el Palacio de Schonbrunn, una réplica del castillo de Versalles. Ni Norma ni yo habíamos visto nunca, salones tan suntuosos, señoritas hermosas que recibían a los invitados al pié de las grandes escaleras, ataviadas con blancos trajes de época, amplias polleras y largas pelucas blancas. Revivíamos la época de Johan Strauss. Ni hablar de la fina gastronomía y otros detalles. Todo fue del más alto nivel. Eurocotal puso a Austria en el primer plano ante cientos de agentes de viaje de América Latina.

Viena fue un gran descubrimiento. Hasta entonces Viena y toda Austria habían estado fuera de los circuitos tradicionales del turismo que se ofrecían en Latinoamérica. Nos encontramos con una ciudad hermosa que guardaba celosamente lo mejores recuerdos de la época gloriosa del emperador Francisco José y la emperatriz María Teresa.

A orillas del Danubio, Viena, es una de las capitales más antiguas de Europa, con un admirable patrimonio artístico y cultural. Fue también capital del imperio Austro-Húngaro, a principios del siglo XX. Vivió la época romántica de los valses y los fastuosos bailes en los salones de la Opera Nacional. Fue la ciudad de Sigmund Freud y sus teorías del psicoanálisis. Caminé, muchas veces, su histórica Ringstrasse y me detuve en los innumerables cafés tradicionales, que hoy son motivo de un tour especial para visitarlos. Desde 1945 hasta 1955, Viena estuvo ocupada por los rusos, británicos, americanos y franceses, con un régimen parecido al de Berlín, sin embargo, nada perdió de su belleza, arte y tradición. También conocimos Salzburgo, Graz e Innsbruck.

A mí me gustaba más ser un viajero que un turista. En mis charlas siempre tocaba ese tema. Sugería que por lo menos se aconsejara a los pasajeros ser turistas pero con espíritu viajero. Tener la posibilidad de cambiar o agregar destinos sobre la marcha. A los agentes de viaje más ortodoxos no les gustaba la idea, sin duda que les complicaba el trabajo. Instaba a tener ideas innovadoras que beneficiaran e comunidades a través del creciente turismo, al mismo tiempo que podían contribuir a la preservación y mejoramiento de los lugares. Ya se insinuaba la idea del turismo campesino.


                           En Monsee, cerca de Salzburgo, donde se filmó “The Sound of Music” 

 En Viena conocí a la simpática Carmen Parodi, directora de Austrian Airlines para toda Latinoamérica. Una vez nos invitó a almorzar a un antiguo restaurante, famoso por sus Wienerschnichtel, o sea milanesas, tan grandes, que se salían fuera del plato. Eran muy ricas, no sé si fritas o al horno y las acompañamos con diferentes chucruts. Entonces la moneda austríaca era el chelín, hoy reemplazado por el euro.

También iniciamos muy buenas relaciones con los máximos directivos de Austrian Airlines y empresarios hoteleros y agentes También iniciamos muy buenas relaciones con los máximos directivos de Austrian Airlines y empresarios hoteleros y agentes de viajes mayoristas.

Ese pequeño hermoso país de Europa central se convirtió en uno de los más fieles y consecuentes clientes de Revista COTAL.  

 

                                      Tomando un vino caliente con Sissy       
 
                                         Restaurant del Ayuntamiento de Viena
Fui invitado a las ATB, bolsas de turismo que realizaba Austria anualmente. La mayoría de las veces tenían lugar en Viena, pero también concurrí a Graz, la segunda más grande ciudad de Austria y una de las mejores preservadas de Europa. Como sabían de mi afición al esquí, casi siempre, al final de la reunión turística, era invitado a esquiar a diferentes resorts. Así tuve el placer y el privilegio de deslizarme por las nieves de Kisbühel y en el hotel nadé por primera vez en una piscina cubierta pero de la que se podía pasar nadando al exterior, a la piscina abierta en medio de la nieve. Fui a Lech -Zürs, en la extensa región de Alberg y pasé una semana en el hotel Gasthof Post Lech, cinco estrellas, famoso por su cocina. Conocí los adelantos en materia de facilidades para ese deporte recreacional y de competencia, a niveles sofisticados a los que todavía no se había llegado en Bariloche y otros centros invernales de Argentina. Admire los panoramas asombrosos de las cumbres de Grindelwald y Jung Frau, llamado el techo de Europa.

Los hoteles de montaña, en Austria, mantienen la arquitectura y la decoración tradicional pero ofrecen las facilidades más modernas y delicados tratamientos en sus centros de bienestar o “spas “. Lamentablemente, yo no tenía el dinero para esos lujos.

Aprendí a admirar y a querer a los austríacos, cordiales, generosos, trabajadores y excelentes profesionales.

Se dice que “París es una fiesta”, pero, la verdad es que los congresos de COTAL en esa época también lo eran. Eran encuentros de profesionales del turismo, donde se renovaban amistades, se hacían nuevos amigos y se facilitaban y agilizaban los negocios. En las noches siempre había fiestas, se cantaba, se bailaba y se disfrutaba de la vida.

                                       En Grinzig Austria, durante EuroCotal,  
Al finalizar un congreso de la Asociación Argentina en la ciudad de Bariloche, el director de turismo de Río Negro, el buen amigo Julio Pérez, nos invitó a hacer el Circuito de los Siete Lagos desde Bariloche a San Martín de los Andes. Nos puso auto y chofer y nos regaló, a Oskar y a mí, un paseo inolvidable por paisajes de la maravillosa Patagonia argentina que hoy atrae y deslumbra al turismo mundial.

Oskar Dignoes dispuso de dos días de su ocupada agenda para aceptar mi invitación a La Sirena. Se encantó con la casa, el parque, y el verdor de la isla. Todo lo observaba con su mirada de artista. Escribió unos versos inspirados que nos emocionaron y que llamó: “Cancionero isleño, Palabras encontradas en La Sirena, del Delta del Paraná.”. Fueron “Siete canciones para siete flores del Clavel del Aire.” Lo llevé al arroyo Guayracá y conoció la casa donde había nacido mamá que estaba ya abandonada y que le inspiró un verso que escribió esa noche:

“Pasamos por el arroyo
De aguas del Paraná
Para buscar una casa
Que poco a poco se va.
Casa isleña que engendró
Amor de tiempos lejanos
que nunca se perdió.
Aquí, en estos pagos
mi padre se enamoró;
Los lirios fueron testigos
y el rio se lo contó.

Seguimos incorporando excelentes colaboradores para representarnos: en el exterior: Cecilia Marrapodi, en Uruguay; María Teresa Rojas, en Chile; Augusto Cruz Carreño, en Perú; Hortencia Romero de Vallotón, Bolivia; Miguel Angel Agüero, Costa Rica; Hugo Mateo, República Dominicana.; Luis Alonso Rendón, en el Salvador; Carmen Ugarte Ruiz, en España; Francisco Cota, en Portugal; Françoise de Tailly, en Francia, Emiko Momose, en Japón y María Teresa Campos en Venezuela.

                                                          Con Julio Pérez 
 
En 1982 me invitaron a conocer el Hotel Los Monteros en Marbella, Costa del Sol. Fue la primera vez que moraba en un establecimiento de tan alto nivel. Había que vestirse para todos los horarios y ocasiones. Una tarde estaba tomando algo en el bar cuando un mozo muy atentamente me informó que no se podía estar de bermudas. Eran las seis de la tarde, si mal no recuerdo. Allí vi también, por primera vez, en la piscina, mujeres en topless.

En determinado momento los costos de la producción editorial en Buenos Aires, se habían puesto prohibitivos y comenzamos a analizar la posibilidad de editar y distribuir la revista desde otro país. Con Juan Pallí, concluimos en que Miami, en USA era el más conveniente. Le ofrecí a Juani, hijo menor de Juan irse por un tiempo a Miami a hacerse cargo de la operación de impresión y distribución. Se entusiasmó con la idea pero cuando consultó con su esposa María, una joven bonita, hija de Serafín Guillani, a quien yo había conocido cuando él era director de radiodifusión, durante el gobierno de Frondizi, ella le dijo que no quería separarse de su mamá y sus hermanas. Creo que fue una gran frustración para Juani.      María había sido secretaria de Juan Pallí padre y yo nunca había simpatizado con ella.

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