El secretario de prensa de la embajada de USA en Buenos Aires nos había recomendado
un estudio de abogados en Miami, para que constituyera la sociedad M.Seoane and
Associates, como filial de la empresa de Buenos Aires. Era el estudio del prominente
abogado cubano-americano y banquero, Dr. Raúl Valdes Faulí, cuyo padre, abogado
especializado en títulos y propiedades, fue también nuestro abogado cada vez
que hicimos alguna transacción inmobiliaria.
Juan Pallí nos presentó en el Sun Bank de Coral Gables, donde abrimos la
primera cuenta de la nueva empresa americana.
En una reunión en Miami, la activa agente de viajes argentina, Silvia Alpa,
me presentó a Charlie Kramer, un joven uruguayo que había comenzado en el
turismo trabajando en el hotel Sheraton de Buenos Aires desde su apertura. Me
pareció activo, inteligente y con buena onda. Yo necesitaba ayuda y le ofrecí
ser mi asistente.
Charlie estuvo con nosotros en Miami, y por varios años y cumplió una
relevante tarea. Entre otros éxitos, después de un viaje a Costa Rica, concibió
el proyecto de edición de los suplementos turísticos de ciudades y países que
redundaron en buenos negocios para la empresa. Cuando nosotros cesamos la
actividad editorial, Charlie fue contratado por el gobierno de Puerto Rico como
Director de Turismo para Sudamérica, con sede en Buenos Aires. Por varios años
desarrolló su actividad con gran suceso, abriendo nuevas rutas aéreas y
poniendo a la hermosa isla como un destacado atractivo para los países del sur
del continente. Después Charlie dirigió varios hoteles boutiques en Cafayate y
Colomé, en Salta, hasta que después de cinco años en esa hermosa pero lejana
provincia decidió volver a Uruguay y aceptó la dirección de un importante condominio
en Punta del Este. Volvemos a estar juntos y con Norma que también lo aprecia
mucho, compartimos la vieja amistad.
Cada convención o acontecimiento turístico era una ciudad a descubrir y
relatar. Se sucedían México DF, Guadalajara, Acapulco, Ixtapa, Can -Cun y la Riviera Maya , en
México; Lima, Cuzco, Machu Pichu, Arequipa, Trujillo y Cajamarca, en Perú;
Santo Domingo, Santiago Boca Chica y Puerto Plata, en la República Dominicana.
Rio de Janeiro, Natal, Bahía, Bello Horizonte, Belén, Brasilia, Vitoria, y
Manaus, en Brasil. Caracas y Los Roques, en Venezuela; Bogotá, Cartagena y las
Islas del Rosario en Colombia; Santiago, Valdivia, Puerto Montt y Antofagasta,
en Chile; Quito, Guayaquil y Cuenca, en Ecuador; Asunción, Puerto Iguazú y el
Chaco Paraguayo, en Paraguay; Managua, Granada y León, en Nicaragua; San José,
Puerto Limón y la Isla
del Coco, en Costa Rica, la
Riviera Maya , en México; Roatán en Honduras y así por toda
Sudamérica y Centro América.
Los cubanos concurrían a los congresos de COTAL y otros grandes encuentros
internacionales y tuvieron la amabilidad de invitarme varias veces a visitar
Cuba pero nunca acepté porque no me hubiera sentido cómodo en un país
comunista. Lo mismo me pasó con Ludmilla, la directora del Intourist de Rusia,
que siempre me regalaba caviar negro. Agradecí, pero nunca acepté sus
invitaciones para visitar la Unión Soviética. Muchas de nuestras empresas
clientes estaban dirigidas por cubanos exilados o sus hijos No les hubiera
gustado nada que yo viajara a Cuba invitado por el gobierno comunista. Y a mí
tampoco. Los cubanos en Miami vivían la emoción del exilio, la que yo conocía
por experiencia propia. La canción de Luis Aguilé interpretaba muy bien esos sentimientos:
“Cuando salí de Cuba, dejé mi
vida, dejé mi amor….”
De algunas ciudades tengo recuerdos especiales. Un día llegué a la ciudad de
San Salvador donde me esperaba en el aeropuerto el presidente de la Asociación Salvadoreña
Luis Alonso Rendón, para pedirme que me volviera a Miami, en el primer avión
que saliera, porque allí estaba por estallar una revolución.
María Decker, directora de los Hoteles de Hungría nos invitó a conocer Budapest
y fuimos con el presidente de Cotal, Mario Amestoy y su esposa Gladys y el vice
Guillermo Sanabria.
Cena romántica con Norma en Budapest
Con Mario Amestoy, presidente de Cotal y la anfitriona
María Decker.
El magnífico Puente de las Cadenas, el primero que unió a Buda y Pest.
En Cartagena, Colombia, admiramos los trabajos artísticos de sus famosos artesanos
y fuimos a las increíblemente bellas Islas del Rosario. Comimos el dulce de
coco que ofrecían las palenqueras y disfrutamos de las comodidades del Convento
de Santa Catalina, hoy convertido en elegante hotel. En Caracas, Venezuela,
estábamos colocando una ofrenda floral a Bolívar, en el mismo momento en que
los vendedores de diarios gritaban la noticia de la gran devaluación del peso
venezolano, de cuatro a doce pesos el dólar, en un día. En Cajamarca, Perú,
visitamos el lugar donde el Inca Tupac Amarú fue descuartizado por cuatro
caballos que tiraban de sus extremidades; probamos los ricos cuises asados en
hornos de barro y compramos sus famosos espejos cajamarquinos. A Manaus, Perú,
llegamos en plena inundación y caminábamos sobre senderos colgantes en plena
selva; en Quito visitamos el monumento a la mitad del mundo, erigido sobre el
virtual paralelo 42 y de Cuenca a Quito viajé en el techo de un tren con ruedas
de goma.
Tambomachai, Cuzco, Perú
En Costa Rica subí a la cumbre del Volcán Irazú y tuve la suerte de que en
esa mañana clara, desde su altura, se divisaban los dos océanos, el Atlántico y
el Pacífico; me embargó una extraña sensación de inmensidad. En Managua, la
capital de Nicaragua, me gustaba ir a comer en los puestos del mercado, donde
degustaba la sopa la sopa de rabo y la carne asada que es especialidad del
país, sin mucho que envidiar a Uruguay o Argentina. En varios viajes viví la
cultura hispano- indígena de Nicaragua, en medio de un paisaje montañoso e
increíblemente verde. En todo momento tenía presente que estaba en la patria de
un gigante de la poesía, nada menos que Rubén Darío. Los poemas de “Azul” ya
los había leído de jovencito y hoy, tantos años después, recuerdo la verdad de
esos versos “Juventud, divino tesoro, ya
te vas para no volver; cuando quiero llorar, no lloro y a veces, lloro sin
querer.” Darío también dijo otra frase sabia: “la vida sin la mujer es sólo prosa”.
En un congreso de COTAL, nos visitó Manuel Coronado, director general de IFEMA,
la institución ferial de Madrid y Alfonso Seoane, tal vez un probable lejano
pariente gallego. Venían a invitar a COTAL a concurrir y exponer en la primera
edición de FITUR, Feria Internacional de Turismo a realizarse en Madrid.
Con la presidencia de Cotal a cargo del peruano Raúl Soriano Riega
concurrimos en pleno. Fue una feria espectacular, ubicada en el amplio parque
de la Casa de
Campo de Madrid. Ya el comienzo fue a lo grande, con un lunch donde una
selección de los más importantes restaurantes de España, tenían su gran mesa,
atendida por los chefs, donde se podía degustar sus más reconocidos platos. Ese
primer año cometí un error fruto de la inexperiencia. Ya ante la primera mesa,
con platos irresistibles, comí tanto que casi no me quedó apetito para las
muestras de los otros restaurantes. Al año siguiente con la lección aprendida,
primero pasé por todas las mesas y después elegí las preferidas. En España la
gastronomía es una cuestión de cultura y de amistad. Concurrí puntualmente a
cubrir periodísticamente todas las ferias de FITUR, durante diez años. Y en esa
décima ocasión, FITUR premió a la revista COTAL con una hermosa precea que nos
entregó su gran director, el muy eficiente y querido amigo Claudio Meffert. En
esa ocasión se firmaron importantes convenios de COTAL con la ciudad de Madrid
y autoridades del turismo español.
Víctor Mendoza, alto ejecutivo de las Líneas Aéreas Iberia fue otro amigo
cotalista muy compañero y querido. Fue siempre un caballero fiel a COTAL y a la
revista con quién compartimos muchos viajes y reuniones.
Claudio Meffer y la Distinción de FITUR
Con mi Andrea en Cotal de
Torremolinos.
EL 20 de abril de 1982 se festejó en Lima, Perú el XXV Aniversario de la
creación de COTAL en México, recordando a sus visionarios fundadores. La
revista recibió una hermosa medalla conmemorativa que me entrego el presidente
de Cotal, Raúl Soriano.
Manuel Coronado, director de IFEMA, Claudio Meffert director de FITUR y Mario Amestoy, presidente de COTAL.
Para mi, Madrid entre otros atractivos era siempre una fiesta para el
paladar. Recuerdo una invitación de Coronado y Meffert al restaurante Ciriaco.
El menú consistió en revuelto de ajos tiernos, mouse de espárragos y merluza a
la crema. Epicúreo ¡
Cuando un presidente de Cotal culminaba su período le obsequiábamos, encuadernados,
todos los ejemplares de la revista que reflejaban el período de su actividad.
Mario Amestoy, presidente de Cotal, recibe el
obsequio
Holanda nos dio un entrañable amigo que ya no está pero cuyo recuerdo permanece
en mi corazón. Fue Humberto Gelissen, director de turismo de Holanda para los
países de América Latina. El me descubrió su encantador pequeño país como
generoso anfitrión y también me reveló los secretos de sus mejores cervezas.
Fiesta ofrecida por Holanda en un congreso. A la
derecha Gellisen.
FITUR creció sin pausa bajo la experta dirección general de Claudio Meffert
y el director general de IFEMA Manuel Coronado. Claudio dirigía varias ferias
pero, sin duda que FITUR era su pasión y se notaba en los resultados. Cada vez
más países, regiones y ciudades participaban con sus stands presentando sus
productos, así como compañías aéreas, cadenas hoteleras y otras actividades
vinculadas directa o indirectamente al turismo. Paralelamente a la feria, se
desarrollaba un programa de conferencias, seminarios y cursos a cargo de
grandes personalidades del turismo español e internacional. Siempre hice las
crónicas de FITUR con especial dedicación: siempre fue mi feria favorita.
Lógicamente quisimos tomar el té a las cinco de la tarde y, con sorpresa,
descubrimos que en Londres, a esa hora, ya no sirven el té. Se toma entre las
tres y las cuatro. O sea que el “five oclock tea” no existe. También conocimos
la casa Fortune and Mason, uno de los lugares más exquisitos el mundo en
materia de alimentos. Al entrar nos sorprendió un empleado vestido de elegante
frac que con guantes blancos y un tijerita, revisaba los racimos de uva,
quitándole los granos pequeños o feos,
Visitamos el Trinity College, en la Universidad de Oxford, donde estudió el gran
dramaturgo inglés Terence Rattigan. En lo alto de la torre, se levantan estatuas
femeninas que representan a la astronomía, la geometría, la medicina y la
teología. Viajamos a Strafford-Upon-Avon, la pintoresca y florida ciudad de
Shakespeare y a los antiguos baños de Bath, en la ciudad del mismo nombre.
Trinity College de la Universidad de Oxford
En los baños de Bath, con Bozzolasco, y Sra. de
Polvani Viajes.
Arán me descubrió el encanto de la belleza simple de la naturaleza, y la
armonía de sus paisajes tan verdes y respetados Fue una cura de silencio y
soledad que me hizo mucho bien ante el ajetreo incesante de viajes y reuniones.
Aran
Nuestra empresa M.Seoane y Asociados, crecía. Compramos un departamento en
la calle Lavalle, de Buenos Aires, para tener oficinas más confortables. Incorporamos
al joven periodista Alberto Sánchez, ex revista “Siete Días” como jefe de
redacción y a un director de arte, tarea que hasta el momento realizaba Ernesto
Novarín, con más voluntad que talento. Trasladamos así a Buenos Aires gran
parte de la tarea editorial, incluida la distribución.
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