Mi refugio

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Alborada

miércoles, 6 de marzo de 2013


REVISTA COTAL


 

Apareció en los diarios de Buenos Aires la convocatoria a una licitación internacional para la impresión de la revista institucional de la Confederación de Organizaciones Turísticas de América Latina, con la sigla COTAL. Lo conversamos con Pallí y nos pareció muy interesante. Me reuní con mis amigos Miguel Brascó y Dante Albarelli. Brascó era abogado aunque no ejercía, periodista, escritor y genial dibujante caricaturista y Albarelli era el editor de la revista de la tarjeta de crédito Diner´s. Les gustó la idea al punto que nos unimos para formar una sociedad que se llamó “M. Seoane y Asociados” y que se integró con Juan Pallí, Miguel Brascó, Dante Albarelli y yo, como presidente. Todos aportábamos un currículo profesional, serio y solvente.

Nos presentamos a la convocatoria a la que también licitaron una empresa de Miami, USA y otra de Ecuador. El Consejo Directivo de Cotal, reunido en la ciudad de Jerusalén nos otorgó la concesión por cinco años, con opción por otros cinco. De los entretelones de esa reunión supimos que bregaron por nosotros los directores Roberto Rezzio, argentino y el chileno Mauricio Rovira.

Alquilamos oficinas en la Avenida Córdoba, en la ciudad de Buenos Aires y comenzamos a armar el equipo de trabajo. Albarelli recomendó a Ernesto Novarin como técnico gráfico y sumamos a Juan Carlos Martelli y a Vlady Kociancich en la redacción y a Josefina Redonda en ventas. Tanto Martelli como Kociancich, años después, fueron exitosos escritores, varias veces premiados.

Dada mi relación y cariño por Uruguay, escribí una amplia nota sobre el turismo en Uruguay. Entreveía el futuro que esperaba a sus extendidas playas, a toda su geografía y a su buena gente, pero, en el congreso de Salta había conocido al responsable del turismo, un mayor retirado del ejército uruguayo, que en una breve conversación me decepcionó totalmente, por ignorante y soberbio. Consecuentemente, hablé muy bien de las bondades del país y sus recursos turísticos, pero, señalé la carencia de eficientes políticas de promoción. Esa nota apareció en la primera edición de la revista y me costó un disgusto. No tuve en cuenta que, justamente, en ese momento, un alto directivo de COTAL era el uruguayo Rodrigo Marimón. Si bien lo escrito era correcto, Marimón quedó muy mal con la autoridad turística de su país y yo recibí el reproche que correspondía a mi imprudencia. Aprendí que la verdad no siempre es bien recibida. Mi debut en el periodismo turístico no fue muy auspicioso.

                                                La primera oficina de la revista COTAL

Nuestra función periodística, con la revista era ser voceros de la Confederación y de todas las asociaciones de agencias de viajes que la integraban. Mi primera participación fue concurrir al congreso de la AAAVYT, asociación argentina de agencias de viajes, que se realizaba en la ciudad norteña de Salta. Allí, escuchando las deliberaciones de los congresistas, comencé a interiorizarme sobre esa actividad tan interesante y promisora. Poco más de dos décadas después, el turismo representa para Argentina una de sus mayores actividades económicas, proveedora de divisas y creadora de miles y miles de empleos directos e indirectos.
 
Abadía de San Bernardo en Salta.

 

Fue en Salta donde me reencontré con los paisajes coloridos de sus montañas, con la elegante arquitectura colonial, el dulce acento de su gente afable y las delicias de los tamales, las empanadas criollas y el cabezón vinito torrontés que había conocido en mis épocas de gerente de los canales del interior, en Proartel.

Salta es la tierra del gran prócer Juan Martín de Guemes, por quien tuve simpatía desde las primeras lecciones de historia. En sus ponchos, él y sus valientes gauchos montoneros llevaban escrito “Morir por la patria es gloria “.

La Catedral de Salta era muy hermosa pero a mí me fascinaba la Abadía de San Bernardo y sus campanas que tenían un tañido especial, con unos tonos y una musicalidad que nunca olvidé y que Oskar Dignoes cuando las escuchó conmigo, también se encantó. 
 
                                              En el Congreso de AAAVYT, en Tucumán

Salta seguía siendo una ciudad romántica, con auténtica arquitectura de la época colonial. Fue la última ciudad que abandonaron los españoles, en la época de las luchas por la independencia.                                                     
          Me invitaron a viajar de Salta a Jujuy, por el camino de la cornisa, a bordo del camión de un amigo; acepté encantado, Pero se nos hizo tarde y salimos cuando ya atardecía. No era noche de luna y en la cerrada oscuridad, semi dormido, sentí un golpe muy fuerte y que el camión, después de un breve zigzag, frenó bruscamente. Habíamos atropellado a una pobre vaca solitaria, en medio del estrecho camino que corría, entre la pared de la montaña, a la derecha y el precipicio hacia el valle, a la izquierda. Fue un accidente con suerte y lo festejamos alegremente a la llegada a Jujuy.

Yo seguía con atención las discusiones de los congresales, en su mayoría agentes de viajes, con la participación de hoteleros, compañías aéreas y otros sectores vinculados al turismo; comencé a leer sobre el tema en libros y revistas y a interiorizarme de esa problemática del turismo que años después iba a constituirse en uno de los grandes recursos económicos de la república Argentina.

Se inició una época de viajes muy frecuentes, tanto al interior de Argentina como a las reuniones anuales del sector que se realizaban en los países latinoamericanos y a diversos congresos internacionales del sector.

Recién comenzaba el fax. Nosotros no llegamos a utilizarlo. Nos manejábamos con el télex y su desesperante lentitud. Preparábamos lo télex durante el día para enviarlos de noche porque el tráfico era menor y también menor el costo. No había Internet, emails, ni Messenger ni chat ni Skype. Cuantas veces pienso si en aquellos años hubiera podido disponer de de los asombrosos medios de comunicación de hoy, cuanto más hubiera crecido y desarrollado nuestra empresa. En el cara a cara con los clientes muchos ya habían devenido amigos.

A veces me solicitaban dar una charla, lo que hacía con mucho gusto y tenia buena recepción. Mis temas preferidos eran la publicidad, el marketing turístico y la preservación del paisaje y las tradiciones, abundando en ejemplos de los países que habían hecho un buen trabajo en el tema, especialmente Austria. Los hombres, en su codicia, con el pretexto del progreso y el desarrollo y, para construir, destruyen, sin respeto por la tradición y la historia. Bienvenido el desarrollo siempre que sea con una planificación y límites claros. Hablaba del futuro impetuoso del turismo en América Latina, con sus paisajes tan variados y seductores, sus tradiciones y folklore, y del futuro que se ofrecía para grandes inversiones de infraestructura turística. Recordaba que desde la primera agencia de viajes que fundó Thomas Cooke en 1872, el agente de viajes vende un sueño que el turista compra lleno de esperanzas que no hay que defraudar. Me gustaba referirme a la importancia de respetar los nombres indígenas de los lugares. Ellos siempre usaron una mezcla de poesía, ingenuidad y misticismo para bautizar sus ciudades y los accidentes naturales de su geografía. Esa terminología autóctona hace a su historia y su tradición. Me gustaba hablar de la importancia de los paisajes y de la inmensidad de la naturaleza y de la gastronomía local como elementos muy apreciados por el turista. Hacia un chiste sobre la diferencia entre viajero y turista.” El viajero no sabe a dónde va y el turista no sabe a donde fue”. Leía revistas especializadas y las guías de turismo que nos llegaban y un día expuse la idea de que los turistas buscan encontrar en los destinos a aquello que leyeron y les interesó antes de viajar. Insistía en que, además de su importancia económica, el turismo es un instrumento de paz, que facilita la relación y el conocimiento entre los pueblos y hace una enorme contribución al desarrollo social y cultural de las naciones. En un congreso de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes en la ciudad de Tucumán recuerdo haberme referido al turismo rural y campesino. Un país agrícola ganadero como Argentina con tantos espléndidos y tradicionales establecimientos, pero a la vez con toda la implementación de la moderna tecnología agrícola ganadera, tenía mucho para mostrar al mundo como ya lo hacían, por ejemplo, Francia e Inglaterra. 

                                   En el congreso de la Asociación peruana, en Cajamarca
Después de una reunión de la asociación peruana decidimos hacer una excursión al Lago Titicaca y a la isla de los Uros donde hay una escuelita que como toda la isla, flota sobre una capa densa de pajas. El Lago Titicaca es el lago navegable más alto del mundo y es el centro de una región donde miles de campesinos indígenas se dedican a la agricultura y a la pesca. Su aguas color turquesa, consideradas sagradas por los incas, son hoy la frontera natural entre Perú y Bolivia. Navegamos en sus canoas de pajas y visitamos la humilde escuelita donde repartimos cuadernos y otros útiles escolares.

                                            Isla de los Uros, en el lago Titicaca

Perú es un país de increíbles recursos turísticos, por los vestigios de su cultura incaica, por sus imponentes paisajes, el arte de sus artesanos y su auténtica gastronomía. Nuestro corresponsal Augusto Cruz Carreño, nos guió y acompañó en muchos paseos culturales a Trujillo, Arequipa, Cuzco y Machu Pichu y el feraz Valle de Huaraz. En casa de Augusto me hizo conocer algunos platos delicados de la cocina peruana como las deliciosas papas a la huancaína. En Lima había un afamado restaurante llamado “Trece Monedas” en una mansión el siglo XVIII, donde se vanagloriaban de cientos de comidas, sopas y postres típicos peruanos. Se considera a la comida peruana como una de las más diversificadas del mundo. Y no quiero olvidarme de las dulces chirimoyas que eran mi postre reiterado.

 

7 comentarios:

  1. Sr. Mario Seoane: Ud., menciona en algún lugar de sus memorias al Sr. Osvaldo Dighero. Quisiera comunicarme con Ud. vía email (para lo cual necesitaría su dirección electrónica) para poder enviarle unas fotos de esa época y averiguar algo más sobre Dighero, Brand Laboratorios y Agrosoja SRL, del cual estoy seguro que recuerda o tiene información.

    Desde ya muchas gracias.

    Diego.

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    1. Sr. Martínez,mi email es<. biscayner2000@gmail.com
      saludo. Mario SEoane

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  2. Casi me pongo a llorar al leer estas historias en las que nombrás a mi padre!

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    1. Estamos queriendo saber de Dante y su familia en Quito o donde se encuentren. Agradeceriamos nos contacten ya que hace mucho tiempo que no tenemos noticias de ninguno de ustedes. Gracias Susú y Rodolfo

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. No se como llegue a esta página, pero me trajo muy lindos recuerdos, ya que en nuestro taller por entonces una casa muy pequeña en Burzaco prov. de Buenos Aires, haciamos las peliculas para imprimir la Revista Cotal con una tecnologia hoy inexistente, un lindo recuerdo y un eterno agradecimiento.

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  5. Hola soy María Belen Guerrero esposa de uno de los hijos de Dante, no se como llegue a esta página me gustaría escribirte dejo mi correo mbguerreroaviles@hotmail.com.

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