En 1943 papá compró “La Sirena”. Eran 150 hectáreas sobre el Canal Gobernador Arias, en la primera sección de las islas del Delta del Paraná que al fondo lindaba con el inolvidable arroyo Guayracá de la Alborada y de mi infancia. Tenía una casa en altos, construida en 1919, con tres dormitorios, comedor, baño, cocina y despensa en piso alto y en la planta baja, otra cocina, baño, comedor y un gran patio de cemento colorado. Su propietario había sido un señor Trujillo, proveedor de insumos para el ejército que acostumbraba hacer allí alegres fiestas para sus clientes. La casa, el parque y toda la propiedad estaban abandonados. Donde alguna vez hubo césped, era un pastizal enmarañado. El casero era Miguel Sulmone un locuaz italiano, bajo y rechoncho pero fuerte. Los herederos de Trujillo, sus hijos, vivían en París y por meses no le pagaban el sueldo ni visitaban la isla. Don Miguel subsistía de su huerta, los huevos de algunas gallinas y las pocas frutas que aún se daban. Sin embargo siempre tenía algunos pesos para comprar el vino que ponía en una especie de mamadera improvisada en una botella chica de alcohol a la que le había insertado en la boca un carretel de hilo vacío. Y le funcionaba bien.
Papá y mamá hacían sus propias huertas en La Sirena, separadas y con candado; cada uno cultivaba la suya, para no pelearse. Celaban a ver quién obtenía los mejores tomates o las chauchas y las arvejas más suculentas. Papá era fanático de sus tomateras y mamá de las habas con sus granos gordos y tiernitos que comíamos crudos.. Muchos años después, estando en Génova con Norma descubrimos que las habas con salamín y vino eran un aperitivo preferido.
La Sirena fue escenario de diversiones, aventuras y exhibiciones atrevidas que a mí me encantaban, como subirme al techo del muelle y desde allí zambullir, para susto de mamá que siempre me retaba. Vivíamos en esa isla tranquilos veranos de chicharras que a la hora de la siesta nos cantaban sin cesar.
Zambullida
Los primeros compradores de lotes que papa había puesto en venta fueron dos españoles, gallegos, amigos de papa y muy queridos .Cuando aun no habían construido sus casas papa los invitaba y pasaban algunos fines de semana con nosotros. Eran José Terrón y su señora Ramona y José Corsino y su señora Lita. Eran simpáticos, y divertidos y lo pasábamos muy bien con ellos. Algunos sábados también venia mi tío Raúl, el menor de los hermanos de papa. Era alegre y pícaro. Cuando Lita Corsino subía a una escalera de tres patas para juntar peras maduras de un viejo y alto peral, tío Raúl le tenía la escalera y con esa excusa le miraba las piernas y algo más. El había cambiado un dicho popular que decía :.”Dime con quién andas y te diré quien eres”. Decía : “Dime con quién andas y si esta buena me la mandas”.
Papá, ya jubilado, se había entregado a la lucha en favor de los intereses y necesidades de los pequeños productores isleños. Había sido electo presidente del Consejo Permanente de Productores Isleños. El vocero de esas inquietudes era el periódico “Delta” que dirigían sus fundadores, una pareja de inmigrantes intelectuales húngaros, Sandor y Rosa Mickler. Todos los fines de semana recorrían los ríos y arroyos del Delta del Paraná en su modesto lanchón “El Junco”, levantaban noticias, hacían reportajes y tomaban suscripciones al periódico A veces, papá los acompañaba. El 31 de octubre, cada año, se celebraba la fiesta de los isleños que coincidía con la reunión de los congresos de productores. Poco antes de que los montoneros lo asesinaran el presidente Eugenio Aramburu, concurrió a la celebración que realizaba en el recreo Crovetto [1],esquina del Paraná de las Palmas y el canal gobernador Arias y felicitó a papá por el trabajo de los isleños.
El presidente Eugenio Aramburu saluda a papa al terminar su discurso.
Al año siguiente del fallecimiento de papá la Intendencia de Tigre puso el nombre de Antonio María Seoane al Canal 5 que desemboca en el Canal Gobernador de la Serena
Mario, estoy en el listado de tus seguidores. Trata de comunicarte conmigo.
ResponderEliminarquerido señor soy el nieto de Federico Olivera Napoleon,comprador de uno de los lotes que en su momento se vendieron creo que por el año 60 sus escritos me traen lindos recuerdos gracias!
ResponderEliminarSr Seoane, mi nombre es María Sulmona nieta de Miguel Sulmona asi era su apellido, persona que usted nombra en su relato, me gustaría contactarme con ustedes y poder volver a ese hermoso lugar que supo cuidar mi abuelo que conocí y recorrí cuando con mis padres solíamos visitarlo siendo muy pequeña y del que guardo muy lindo recuerdo. Mi mamá era su hija y cuando llego de Italia estuvo viviendo un tiempo también en ese lugar hasta que se caso y creo que su papá fue el padrino de casamiento Vivo en La Plata mi correo es marysulmona@yahoo.com.ar
ResponderEliminarSr Seoane, mi nombre es María Sulmona nieta de Miguel Sulmona asi era su apellido, persona que usted nombra en su relato, me gustaría contactarme con ustedes y poder volver a ese hermoso lugar que supo cuidar mi abuelo que conocí y recorrí cuando con mis padres solíamos visitarlo siendo muy pequeña y del que guardo muy lindo recuerdo. Mi mamá era su hija y cuando llego de Italia estuvo viviendo un tiempo también en ese lugar hasta que se caso y creo que su papá fue el padrino de casamiento Vivo en La Plata mi correo es marysulmona@yahoo.com.ar
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