Mi refugio

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Alborada

miércoles, 17 de abril de 2013

                                                        MIAMI

 Ante la negativa del hijo de Pallí, sin hesitar, tomé el teléfono y le pregunté a Norma si se animaba a que toda la familia nos fuéramos a Miami por un año. Su respuesta leal y fiel, afirmativa, fue la esperada. Ese año se realizaba el congreso de Cotal en la ciudad de México; aprovechamos la circunstancia y terminado el congreso viajamos de México a Miami. Durante el congreso, sabedores de nuestro plan de instalarnos en Miami, varias amables personalidades del turismo de esa ciudad nos ofrecieron su ayuda incondicional. Mientras comenzamos a buscar vivienda, lo que estuvo a cargo de Norma y las chicas, nos alojamos en el Hotel Everglades, en el centro de la ciudad, invitados por su gerente, Roberto Villaescusa. Después nos trasladamos al Hotel Montmartre de Miami Beach, invitados por su gerente, el querido colombiano Hank Mallarino. Noemí Trapani, ya nos había conseguido oficinas para alquilar en el Hotel Dupont Plaza, sobre el rio Miami. En realidad eran departamentos de vivienda, pero su propietario hizo la excepción para revista COTAL. Dollar Rent a Car, nos hizo un canje por publicidad y puso dos autos a nuestra disposición. Todos fueron amables y cooperadores con nosotros

El secretario de prensa de la embajada de USA en Buenos Aires nos había recomendado un estudio de abogados en Miami, para que constituyera la sociedad M.Seoane and Associates, como filial de la empresa de Buenos Aires. Era el estudio del prominente abogado cubano-americano y banquero, Dr. Raúl Valdes Faulí, cuyo padre, abogado especializado en títulos y propiedades, fue también nuestro abogado cada vez que hicimos alguna transacción inmobiliaria.

Juan Pallí nos presentó en el Sun Bank de Coral Gables, donde abrimos la primera cuenta de la nueva empresa americana.

En una reunión en Miami, la activa agente de viajes argentina, Silvia Alpa, me presentó a Charlie Kramer, un joven uruguayo que había comenzado en el turismo trabajando en el hotel Sheraton de Buenos Aires desde su apertura. Me pareció activo, inteligente y con buena onda. Yo necesitaba ayuda y le ofrecí ser mi asistente.


Charlie estuvo con nosotros en Miami, y por varios años y cumplió una relevante tarea. Entre otros éxitos, después de un viaje a Costa Rica, concibió el proyecto de edición de los suplementos turísticos de ciudades y países que redundaron en buenos negocios para la empresa. Cuando nosotros cesamos la actividad editorial, Charlie fue contratado por el gobierno de Puerto Rico como Director de Turismo para Sudamérica, con sede en Buenos Aires. Por varios años desarrolló su actividad con gran suceso, abriendo nuevas rutas aéreas y poniendo a la hermosa isla como un destacado atractivo para los países del sur del continente. Después Charlie dirigió varios hoteles boutiques en Cafayate y Colomé, en Salta, hasta que después de cinco años en esa hermosa pero lejana provincia decidió volver a Uruguay y aceptó la dirección de un importante condominio en Punta del Este. Volvemos a estar juntos y con Norma que también lo aprecia mucho, compartimos la vieja amistad.
   Charlie Kramer en Salta


 
 
 
Cada convención o acontecimiento turístico era una ciudad a descubrir y relatar. Se sucedían México DF, Guadalajara, Acapulco, Ixtapa, Can -Cun y la Riviera Maya, en México; Lima, Cuzco, Machu Pichu, Arequipa, Trujillo y Cajamarca, en Perú; Santo Domingo, Santiago Boca Chica y Puerto Plata, en la República Dominicana. Rio de Janeiro, Natal, Bahía, Bello Horizonte, Belén, Brasilia, Vitoria, y Manaus, en Brasil. Caracas y Los Roques, en Venezuela; Bogotá, Cartagena y las Islas del Rosario en Colombia; Santiago, Valdivia, Puerto Montt y Antofagasta, en Chile; Quito, Guayaquil y Cuenca, en Ecuador; Asunción, Puerto Iguazú y el Chaco Paraguayo, en Paraguay; Managua, Granada y León, en Nicaragua; San José, Puerto Limón y la Isla del Coco, en Costa Rica, la Riviera Maya, en México; Roatán en Honduras y así por toda Sudamérica y Centro América.

Los cubanos concurrían a los congresos de COTAL y otros grandes encuentros internacionales y tuvieron la amabilidad de invitarme varias veces a visitar Cuba pero nunca acepté porque no me hubiera sentido cómodo en un país comunista. Lo mismo me pasó con Ludmilla, la directora del Intourist de Rusia, que siempre me regalaba caviar negro. Agradecí, pero nunca acepté sus invitaciones para visitar la Unión Soviética. Muchas de nuestras empresas clientes estaban dirigidas por cubanos exilados o sus hijos No les hubiera gustado nada que yo viajara a Cuba invitado por el gobierno comunista. Y a mí tampoco. Los cubanos en Miami vivían la emoción del exilio, la que yo conocía por experiencia propia. La canción de Luis Aguilé interpretaba muy bien esos sentimientos: “Cuando salí de Cuba, dejé mi vida, dejé mi amor….”

De algunas ciudades tengo recuerdos especiales. Un día llegué a la ciudad de San Salvador donde me esperaba en el aeropuerto el presidente de la Asociación Salvadoreña Luis Alonso Rendón, para pedirme que me volviera a Miami, en el primer avión que saliera, porque allí estaba por estallar una revolución.

María Decker, directora de los Hoteles de Hungría nos invitó a conocer Budapest y fuimos con el presidente de Cotal, Mario Amestoy y su esposa Gladys y el vice Guillermo Sanabria.

          Cena romántica con Norma en Budapest

            
Con Mario Amestoy, presidente de Cotal y la anfitriona María Decker.
 


El magnífico Puente de las Cadenas, el primero que unió a Buda y Pest.

En Cartagena, Colombia, admiramos los trabajos artísticos de sus famosos artesanos y fuimos a las increíblemente bellas Islas del Rosario. Comimos el dulce de coco que ofrecían las palenqueras y disfrutamos de las comodidades del Convento de Santa Catalina, hoy convertido en elegante hotel. En Caracas, Venezuela, estábamos colocando una ofrenda floral a Bolívar, en el mismo momento en que los vendedores de diarios gritaban la noticia de la gran devaluación del peso venezolano, de cuatro a doce pesos el dólar, en un día. En Cajamarca, Perú, visitamos el lugar donde el Inca Tupac Amarú fue descuartizado por cuatro caballos que tiraban de sus extremidades; probamos los ricos cuises asados en hornos de barro y compramos sus famosos espejos cajamarquinos. A Manaus, Perú, llegamos en plena inundación y caminábamos sobre senderos colgantes en plena selva; en Quito visitamos el monumento a la mitad del mundo, erigido sobre el virtual paralelo 42 y de Cuenca a Quito viajé en el techo de un tren con ruedas de goma.
 
                                          
                                                            Tambomachai, Cuzco, Perú
En Costa Rica subí a la cumbre del Volcán Irazú y tuve la suerte de que en esa mañana clara, desde su altura, se divisaban los dos océanos, el Atlántico y el Pacífico; me embargó una extraña sensación de inmensidad. En Managua, la capital de Nicaragua, me gustaba ir a comer en los puestos del mercado, donde degustaba la sopa la sopa de rabo y la carne asada que es especialidad del país, sin mucho que envidiar a Uruguay o Argentina. En varios viajes viví la cultura hispano- indígena de Nicaragua, en medio de un paisaje montañoso e increíblemente verde. En todo momento tenía presente que estaba en la patria de un gigante de la poesía, nada menos que Rubén Darío. Los poemas de “Azul” ya los había leído de jovencito y hoy, tantos años después, recuerdo la verdad de esos versos “Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver; cuando quiero llorar, no lloro y a veces, lloro sin querer.” Darío también dijo otra frase sabia: “la vida sin la mujer es sólo prosa”.

En un congreso de COTAL, nos visitó Manuel Coronado, director general de IFEMA, la institución ferial de Madrid y Alfonso Seoane, tal vez un probable lejano pariente gallego. Venían a invitar a COTAL a concurrir y exponer en la primera edición de FITUR, Feria Internacional de Turismo a realizarse en Madrid.

Con la presidencia de Cotal a cargo del peruano Raúl Soriano Riega concurrimos en pleno. Fue una feria espectacular, ubicada en el amplio parque de la Casa de Campo de Madrid. Ya el comienzo fue a lo grande, con un lunch donde una selección de los más importantes restaurantes de España, tenían su gran mesa, atendida por los chefs, donde se podía degustar sus más reconocidos platos. Ese primer año cometí un error fruto de la inexperiencia. Ya ante la primera mesa, con platos irresistibles, comí tanto que casi no me quedó apetito para las muestras de los otros restaurantes. Al año siguiente con la lección aprendida, primero pasé por todas las mesas y después elegí las preferidas. En España la gastronomía es una cuestión de cultura y de amistad. Concurrí puntualmente a cubrir periodísticamente todas las ferias de FITUR, durante diez años. Y en esa décima ocasión, FITUR premió a la revista COTAL con una hermosa precea que nos entregó su gran director, el muy eficiente y querido amigo Claudio Meffert. En esa ocasión se firmaron importantes convenios de COTAL con la ciudad de Madrid y autoridades del turismo español.

Víctor Mendoza, alto ejecutivo de las Líneas Aéreas Iberia fue otro amigo cotalista muy compañero y querido. Fue siempre un caballero fiel a COTAL y a la revista con quién compartimos muchos viajes y reuniones.

                                            
                                                 Claudio Meffer y la Distinción de FITUR 
                                       

                             Con mi Andrea en Cotal de Torremolinos.

EL 20 de abril de 1982 se festejó en Lima, Perú el XXV Aniversario de la creación de COTAL en México, recordando a sus visionarios fundadores. La revista recibió una hermosa medalla conmemorativa que me entrego el presidente de Cotal, Raúl Soriano.

Manuel Coronado, director de IFEMA, Claudio Meffert director de FITUR y Mario Amestoy, presidente de COTAL.

 
Se firmó el convenio para realizar el congreso anual en Torremolinos, Costa del Sol, muy cerca de Málaga, en España. Fué un tremendo suceso. Más de cuatro mil congresistas y familiares colmaron hoteles de esa playa y su moderno Centro de Convenciones. Se lució Cotal, se lució España y se lució la revista Cotal con una edición extraordinaria de 224 páginas. En la ciudad de Ronda, hicimos confeccionar camisetas con el logo de Cotal a todo color. Se las disputaban. Nunca se repitió un congreso de Cotal de esa magnitud y difícilmente se repetirá. El “staff” de la revista concurrió en pleno y me acompañaron mis amadas Norma, María y Andrea. María, recién recibida de arquitecta tuvo a su cargo el diseño y construcción del stand de exhibición de la provincia de Rio Negro, cuya dirección de turismo ejercía el activo Julio Pérez. Hicimos un gran almuerzo de Revista Cotal donde reunimos a colaboradores y a más de veinte corresponsales que habían concurrido del exterior.

Para mi, Madrid entre otros atractivos era siempre una fiesta para el paladar. Recuerdo una invitación de Coronado y Meffert al restaurante Ciriaco. El menú consistió en revuelto de ajos tiernos, mouse de espárragos y merluza a la crema. Epicúreo ¡

Cuando un presidente de Cotal culminaba su período le obsequiábamos, encuadernados, todos los ejemplares de la revista que reflejaban el período de su actividad.

                                     
                                      Mario Amestoy, presidente de Cotal, recibe el obsequio

Holanda nos dio un entrañable amigo que ya no está pero cuyo recuerdo permanece en mi corazón. Fue Humberto Gelissen, director de turismo de Holanda para los países de América Latina. El me descubrió su encantador pequeño país como generoso anfitrión y también me reveló los secretos de sus mejores cervezas.

                               
                             Fiesta ofrecida por Holanda en un congreso. A la derecha Gellisen.

FITUR creció sin pausa bajo la experta dirección general de Claudio Meffert y el director general de IFEMA Manuel Coronado. Claudio dirigía varias ferias pero, sin duda que FITUR era su pasión y se notaba en los resultados. Cada vez más países, regiones y ciudades participaban con sus stands presentando sus productos, así como compañías aéreas, cadenas hoteleras y otras actividades vinculadas directa o indirectamente al turismo. Paralelamente a la feria, se desarrollaba un programa de conferencias, seminarios y cursos a cargo de grandes personalidades del turismo español e internacional. Siempre hice las crónicas de FITUR con especial dedicación: siempre fue mi feria favorita.

La AMAV, Asociación Mexicana de Agencias de Viaje, nos invitó a Norma y a mí a su reunión anual que se realizaba en Londres. Todavía no había pasado la tragedia de la guerra en las Islas Malvinas, pero ya los ingleses no nos parecían simpáticos. Luego de las reuniones salíamos a caminar por la antigua y tradicional Regent Street, sin hacer compras porque todo nos resultaba muy caro. Eso sí, entramos al Café Royal, que fue preferido de Winston Churchill. También pasamos a conocer la muy antigua Aquascutom, que fabricaba los clásicos impermeables como el que usaba Humphrey Bogart en el inolvidable film “Casablanca.”                                    

Lógicamente quisimos tomar el té a las cinco de la tarde y, con sorpresa, descubrimos que en Londres, a esa hora, ya no sirven el té. Se toma entre las tres y las cuatro. O sea que el “five oclock tea” no existe. También conocimos la casa Fortune and Mason, uno de los lugares más exquisitos el mundo en materia de alimentos. Al entrar nos sorprendió un empleado vestido de elegante frac que con guantes blancos y un tijerita, revisaba los racimos de uva, quitándole los granos pequeños o feos,

Visitamos el Trinity College, en la Universidad de Oxford, donde estudió el gran dramaturgo inglés Terence Rattigan. En lo alto de la torre, se levantan estatuas femeninas que representan a la astronomía, la geometría, la medicina y la teología. Viajamos a Strafford-Upon-Avon, la pintoresca y florida ciudad de Shakespeare y a los antiguos baños de Bath, en la ciudad del mismo nombre.

                       
                                 Trinity College de la Universidad de Oxford

                                   
                                En los baños de Bath, con Bozzolasco, y Sra. de Polvani Viajes.

 Estando en Barcelona, un amigo nos invitó a conocer el Vallle de Aran en la vecina Andorra. Tenía un poderoso coche sport con el que derrochaba audacia a toda velocidad en los sinuosos caminos de los Pirineos. Las oraciones me ayudaron, sobre todo en el momento en que, con mucha habilidad y suerte esquivó un tremendo oso pardo que se nos atravesó en el camino. Nos rodeaban los bosques de pinos, hayas y abetos y en algún prado siempre aparecía alguna de las respetadas iglesias románicas, la mayoría del siglo XII. Cuando llegamos agradecí a Dios que me había protegido e invité al amigo a agasajarnos con una sopa catalana y la clásica olla aranesa que es un sabroso guiso con muchas verduras, cerdo y gallina. Hacía bastante frío y esa comida fuerte nos hizo bien. Brindamos con el delicioso “pacharán” bien frío, que allí descubrí. En andorra y Arán, se habla aranés, catalán y castellano. Obtener la residencia en Andorra es difícil y la ciudadanía, casi imposible. El himno de Arán tiene un dulce estribillo que dice: “Si cantas porque cantas, no cantes por mí, canta por mi hija que está lejos de mi.” Conocí la estación de esquí de Baqueira Beret, de buen trazado, pero poca nieve. Me contaron que en una época fue la favorita del Rey Juan Carlos.

Arán me descubrió el encanto de la belleza simple de la naturaleza, y la armonía de sus paisajes tan verdes y respetados Fue una cura de silencio y soledad que me hizo mucho bien ante el ajetreo incesante de viajes y reuniones.
 
                  
                                                 Aran
Nuestra empresa M.Seoane y Asociados, crecía. Compramos un departamento en la calle Lavalle, de Buenos Aires, para tener oficinas más confortables. Incorporamos al joven periodista Alberto Sánchez, ex revista “Siete Días” como jefe de redacción y a un director de arte, tarea que hasta el momento realizaba Ernesto Novarín, con más voluntad que talento. Trasladamos así a Buenos Aires gran parte de la tarea editorial, incluida la distribución.

miércoles, 3 de abril de 2013


VIENA


Austria y Cotal organizaron el primer congreso de COTAL en Europa. Fué en Viena, Austria. Se llamó Eurocotal y tuvo tremendo éxito. En gran parte por el excelente trabajo profesional de Oskar Dignoes y Sissy Zaumbauer.

La fiesta de inauguración se realizó en el Palacio de Schonbrunn, una réplica del castillo de Versalles. Ni Norma ni yo habíamos visto nunca, salones tan suntuosos, señoritas hermosas que recibían a los invitados al pié de las grandes escaleras, ataviadas con blancos trajes de época, amplias polleras y largas pelucas blancas. Revivíamos la época de Johan Strauss. Ni hablar de la fina gastronomía y otros detalles. Todo fue del más alto nivel. Eurocotal puso a Austria en el primer plano ante cientos de agentes de viaje de América Latina.

Viena fue un gran descubrimiento. Hasta entonces Viena y toda Austria habían estado fuera de los circuitos tradicionales del turismo que se ofrecían en Latinoamérica. Nos encontramos con una ciudad hermosa que guardaba celosamente lo mejores recuerdos de la época gloriosa del emperador Francisco José y la emperatriz María Teresa.

A orillas del Danubio, Viena, es una de las capitales más antiguas de Europa, con un admirable patrimonio artístico y cultural. Fue también capital del imperio Austro-Húngaro, a principios del siglo XX. Vivió la época romántica de los valses y los fastuosos bailes en los salones de la Opera Nacional. Fue la ciudad de Sigmund Freud y sus teorías del psicoanálisis. Caminé, muchas veces, su histórica Ringstrasse y me detuve en los innumerables cafés tradicionales, que hoy son motivo de un tour especial para visitarlos. Desde 1945 hasta 1955, Viena estuvo ocupada por los rusos, británicos, americanos y franceses, con un régimen parecido al de Berlín, sin embargo, nada perdió de su belleza, arte y tradición. También conocimos Salzburgo, Graz e Innsbruck.

A mí me gustaba más ser un viajero que un turista. En mis charlas siempre tocaba ese tema. Sugería que por lo menos se aconsejara a los pasajeros ser turistas pero con espíritu viajero. Tener la posibilidad de cambiar o agregar destinos sobre la marcha. A los agentes de viaje más ortodoxos no les gustaba la idea, sin duda que les complicaba el trabajo. Instaba a tener ideas innovadoras que beneficiaran e comunidades a través del creciente turismo, al mismo tiempo que podían contribuir a la preservación y mejoramiento de los lugares. Ya se insinuaba la idea del turismo campesino.


                           En Monsee, cerca de Salzburgo, donde se filmó “The Sound of Music” 

 En Viena conocí a la simpática Carmen Parodi, directora de Austrian Airlines para toda Latinoamérica. Una vez nos invitó a almorzar a un antiguo restaurante, famoso por sus Wienerschnichtel, o sea milanesas, tan grandes, que se salían fuera del plato. Eran muy ricas, no sé si fritas o al horno y las acompañamos con diferentes chucruts. Entonces la moneda austríaca era el chelín, hoy reemplazado por el euro.

También iniciamos muy buenas relaciones con los máximos directivos de Austrian Airlines y empresarios hoteleros y agentes También iniciamos muy buenas relaciones con los máximos directivos de Austrian Airlines y empresarios hoteleros y agentes de viajes mayoristas.

Ese pequeño hermoso país de Europa central se convirtió en uno de los más fieles y consecuentes clientes de Revista COTAL.  

 

                                      Tomando un vino caliente con Sissy       
 
                                         Restaurant del Ayuntamiento de Viena
Fui invitado a las ATB, bolsas de turismo que realizaba Austria anualmente. La mayoría de las veces tenían lugar en Viena, pero también concurrí a Graz, la segunda más grande ciudad de Austria y una de las mejores preservadas de Europa. Como sabían de mi afición al esquí, casi siempre, al final de la reunión turística, era invitado a esquiar a diferentes resorts. Así tuve el placer y el privilegio de deslizarme por las nieves de Kisbühel y en el hotel nadé por primera vez en una piscina cubierta pero de la que se podía pasar nadando al exterior, a la piscina abierta en medio de la nieve. Fui a Lech -Zürs, en la extensa región de Alberg y pasé una semana en el hotel Gasthof Post Lech, cinco estrellas, famoso por su cocina. Conocí los adelantos en materia de facilidades para ese deporte recreacional y de competencia, a niveles sofisticados a los que todavía no se había llegado en Bariloche y otros centros invernales de Argentina. Admire los panoramas asombrosos de las cumbres de Grindelwald y Jung Frau, llamado el techo de Europa.

Los hoteles de montaña, en Austria, mantienen la arquitectura y la decoración tradicional pero ofrecen las facilidades más modernas y delicados tratamientos en sus centros de bienestar o “spas “. Lamentablemente, yo no tenía el dinero para esos lujos.

Aprendí a admirar y a querer a los austríacos, cordiales, generosos, trabajadores y excelentes profesionales.

Se dice que “París es una fiesta”, pero, la verdad es que los congresos de COTAL en esa época también lo eran. Eran encuentros de profesionales del turismo, donde se renovaban amistades, se hacían nuevos amigos y se facilitaban y agilizaban los negocios. En las noches siempre había fiestas, se cantaba, se bailaba y se disfrutaba de la vida.

                                       En Grinzig Austria, durante EuroCotal,  
Al finalizar un congreso de la Asociación Argentina en la ciudad de Bariloche, el director de turismo de Río Negro, el buen amigo Julio Pérez, nos invitó a hacer el Circuito de los Siete Lagos desde Bariloche a San Martín de los Andes. Nos puso auto y chofer y nos regaló, a Oskar y a mí, un paseo inolvidable por paisajes de la maravillosa Patagonia argentina que hoy atrae y deslumbra al turismo mundial.

Oskar Dignoes dispuso de dos días de su ocupada agenda para aceptar mi invitación a La Sirena. Se encantó con la casa, el parque, y el verdor de la isla. Todo lo observaba con su mirada de artista. Escribió unos versos inspirados que nos emocionaron y que llamó: “Cancionero isleño, Palabras encontradas en La Sirena, del Delta del Paraná.”. Fueron “Siete canciones para siete flores del Clavel del Aire.” Lo llevé al arroyo Guayracá y conoció la casa donde había nacido mamá que estaba ya abandonada y que le inspiró un verso que escribió esa noche:

“Pasamos por el arroyo
De aguas del Paraná
Para buscar una casa
Que poco a poco se va.
Casa isleña que engendró
Amor de tiempos lejanos
que nunca se perdió.
Aquí, en estos pagos
mi padre se enamoró;
Los lirios fueron testigos
y el rio se lo contó.

Seguimos incorporando excelentes colaboradores para representarnos: en el exterior: Cecilia Marrapodi, en Uruguay; María Teresa Rojas, en Chile; Augusto Cruz Carreño, en Perú; Hortencia Romero de Vallotón, Bolivia; Miguel Angel Agüero, Costa Rica; Hugo Mateo, República Dominicana.; Luis Alonso Rendón, en el Salvador; Carmen Ugarte Ruiz, en España; Francisco Cota, en Portugal; Françoise de Tailly, en Francia, Emiko Momose, en Japón y María Teresa Campos en Venezuela.

                                                          Con Julio Pérez 
 
En 1982 me invitaron a conocer el Hotel Los Monteros en Marbella, Costa del Sol. Fue la primera vez que moraba en un establecimiento de tan alto nivel. Había que vestirse para todos los horarios y ocasiones. Una tarde estaba tomando algo en el bar cuando un mozo muy atentamente me informó que no se podía estar de bermudas. Eran las seis de la tarde, si mal no recuerdo. Allí vi también, por primera vez, en la piscina, mujeres en topless.

En determinado momento los costos de la producción editorial en Buenos Aires, se habían puesto prohibitivos y comenzamos a analizar la posibilidad de editar y distribuir la revista desde otro país. Con Juan Pallí, concluimos en que Miami, en USA era el más conveniente. Le ofrecí a Juani, hijo menor de Juan irse por un tiempo a Miami a hacerse cargo de la operación de impresión y distribución. Se entusiasmó con la idea pero cuando consultó con su esposa María, una joven bonita, hija de Serafín Guillani, a quien yo había conocido cuando él era director de radiodifusión, durante el gobierno de Frondizi, ella le dijo que no quería separarse de su mamá y sus hermanas. Creo que fue una gran frustración para Juani.      María había sido secretaria de Juan Pallí padre y yo nunca había simpatizado con ella.