Mi refugio

Mi refugio
Alborada

lunes, 13 de diciembre de 2010

Si me leen

A mis nietos y a otros jóvenes si tengo la suerte de que me lean les digo: Que en sus vidas siempre recuerden un canción o un poema, ellos viajan y nos llevan otra vez a lugares y tiempos donde fuimos felices; crean en el amor a primera vista y nunca se rían de los sueños de los demás; la vida no es esperar que pase la tormenta , es aprender a bailar bajo la lluvia; a las chicas que no confíen en quien al besar no cierre los ojos; hay dos opciones o dormir más o levantarse y correr detrás de los sueños; miren que el tiempo es como un rio, nunca podrán tocar la misma agua dos veces, porque el agua que pasa no pasará nuevamente; vivan cada día, abran las alas, tengan ideales; sigan a ideas más que a hombres; no teman a equivocarse porque más se aprende de los errores que de los aciertos; cuando el hombre haya cortado el último árbol y pescado el último pez, se dará cuenta que con el dinero no se come. Alguien dijo: “Era tan pobre que sólo tenía dinero”; cuando tengan un conflicto, resuélvanlo personalmente, un mal acuerdo es siempre mejor que un juicio; aunque hay excepciones honrosas, eviten los abogados.
Normita, qué lejos parecen los días en que caminábamos por la playa y yo dibujaba con el pié tu nombre en la arena. Haz sido compañera fiel de este largo viaje; yo me hice cargo de tu vida, pero vos me acercaste tu lealtad inquebrantable, tu apoyo, tu consejo, que no siempre atendí, la inmensa felicidad de tenerte y me diste dos hijas que son el fruto maravilloso de nuestro amor y que completan mis tres amores. Al final de estos recuerdos quiero decirte, mi amor, GRACIAS !! CON MAYÚSCULA..

Nos refugiamos del mundo en este paraiso encontrado que es Punta el Este, en un Uruguay sensato y envidiable. La Alborada en el verano es nuestro nido florido y perfumado en el retiro apacible.

Alguien dijo que el hombre tiene la edad de sus arterias, pero otro que me gusta más, dijo que el hombre tiene la edad de la mujer que lo acaricia.
 Perdonen alguna falta o algún adjetivo superfluo. Se deberá a mi torpeza en este apuro irrefrenable de contar tantas cosas antes que tenga que decir como Pablo Neruda: “qué pronto se me hizo tarde”.
Borges eligió morir en Suiza “porque es un país que no tiene ejército, cuyo presidente existe pero no se sabe quién es y donde conviven idiomas y religiones” Y con su aguda Ironía Borges dijo:- “No le tengo miedo a la muerte pero me gustaría que cuando llegue yo no esté”. Yo sé que la muerte llegará, porque está siempre al acecho y un día vendrá; la acepto. Plegaré mis propias alas y haré con ella el último viaje hacia ese misterio que es la muerte.
Puedo decir como Violeta Parra “Gracias a la vida que me ha dado tanto” o con Amado Nervo: “Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. Vida, nada me debes. Vida, estamos en paz”.
             Dios los bendiga

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